Marco Antonio Paraja es uno de los colaboradores de Game Over.
También es conocido por su nick, Markoa.
Nombre Completo: Marco Antonio Paraja.
Alias: Markoa.
Año de Nacimiento: 1983.
Sistemas principales: Master System, Game boy, Game boy Advance, PC y Xbox 360.
Sistema favorito: Xbox 360, PC.
Sagas favoritas: Mass effect, Total War, Tomb Raider, Drakensang, Gothic, Golden Axe, Metal Slug, Street Fighter, Soul Calibur.
Generos favoritos: Rol clásico occidental, Aventura/Acción y shooters (aunque estos últimos, cada vez menos).
Otras aficiones: Warhammer 40.000, cómic y algo de deporte.
Tratar de finalizar semanalmente ese despropósito que es la “tira retard”.
De pura chiripa, en el curro, buscando un podcast que me ayudase a hacer mi jornada laboral mas llevadera. ¡Y fue el primer podcast sobre videojuegos que oí oiga!
Cortita, cortita. Un día me dio por suplicar a Game Over, a ver si estaban interesados en unas tiras sin gracia y hechas con el paintbrush, y el bueno de Jony, en su infinita benevolencia, me dijo “venga retard, mándame mas, que supongo que con esto algo podremos hacer”.
Todo empezó con las recreativas de Golden Axe y Double Dragon que tenían en el bar de la piscina del pueblo donde veraneaba de pequeño.
Mas tarde mi acercamiento a una consola de sobremesa fue con el alquiler de una NES con el Gremlins 2, lo que me decidió a pedirme una Master System II para mi comunión. De aquella ya rondaban por el mercado la Megadrive y “el cerebro de la bestia”, pero mi paga no me llegaba para los caros cartuchos de 16 bits. Defendí a la 8 bits de sega ante mis nintenderos compañeros de cole, hasta la defunción de la Master System.
De los 8, dí el salto a los 32 bits directamente con el PC, alternándolo con mis visitas a la sala de recreativos del barrio y disfrutándo de los arcades de NeoGeo hasta al desaparición de estos, y con mi fuente de vicio secundaria, la ¿pequeña? Game Boy.
Gracias a mi querido PC, descubrí en mi adolescencia con los emuladores la generación de los 16 bits, y pude disfrutar los cásicos de Megadrive y Super Nintendo. Por el camino me hice con una Game Boy Advance y fui fiel PeCero hasta hace cuatro días. El Crysis fue mi culmen, harto de eternas cargas, requerimientos técnicos exorbitados y diversos problemas de compatibilidades, decidí abandonar la vida de juegos baratos, enormes e ignotos mundos abiertos y shooters no pasilleros, y vender un poco más de mi alma a Microsoft, comprando una consola pesada y negra, que hacía un ruido infernal… pero que me permitía jugar al Mass Effect sin colgarse.